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La Rendici N De Santiago


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Resumen del Libro

Este libro hist rico puede tener errores numerosos, falta texto, im genes, o un ndice. Los compradores pueden descargar una copia gratuita escaneadas del libro original (sin errores) de la editorial. 1907. No se muestra. Extracto: … LA VERDADERA TERAP UTICA Cuando Santiago se di cuenta de que viv a y comprendi que se hallaba en el hospital, sinti el fr o del espanto. Es necesario ser pobre para comprender el horror que el hospital produce. Los socialistas majaderos, que suelen ser artesanos holgazanes con pretensiones cursis, se anotan como victoria ( tiene gracia!) el haber conseguido una ley sobre accidentes del trabajo. Han sustituido los recursos de una caridad que pudiera ser inagotable (y que ya no es preciso ejercerla), con unas pesetitas tan escasas tan litigadas, que aseguran el hambre del paciente durante su enfermedad. Y el hospital sigue siendo un matadero, porque al hospital no va ninguno de los se ores que informan las leyes. Mucho aterra el hambre al pobre, pero sabe que hailar una limosna que le remedie. Mucho aterra la c rcel al pobre, pero sabe que le dar n un defensor, uno de esos j venes cuya viril cabeza parece rodeada de un nimbo de gloria, y que all, en los estrados de las salas de justicia, dicen siempre lo mismo con palabras que perfuman de amor los ojos y los corazones. No hab is probado que mi defendido sea el autor de ese delito, y no le deb is castigar. Pero si lo prob seis, debi rais tener en cuenta que habr a comeiido ese delito impulsado por una ley de Naturaleza, que si es fatal, puede lanzarnos todos nosotros por igual camino, y si puede eludirse, por la educaci n por la riqueza, no debe constituir preg n de ignominia para este infeliz quien quit steis los medios de ser rico y de ser culto . Lo que aterra al pobre es el hospital, porque no es templo de la caridad, sino alc z…


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