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Resumen del Libro

No supo esperar a que llegara el otro día y se fue al taller desierto, donde trabajó ahí hasta el amanecer del día siguiente. El velador lo vio respetuosamente desde lejos y no se atrevió a interrumpirlo.Cuando llegó la hora de la clase, el cuadro estaba terminado y era de una poderosa belleza llena de misterio. Los alumnos se acercaron a verlo y por el salón se esparció un murmullo de admiración. Francisco aprovechó su cuadro para explicar el tema de las veladuras.El tiempo, esa dimensión relativa, sólo nos muestra una de sus facetas. Siempre es hoy, y hoy era ya la inauguración de la exposición de la serie de cuadros del maestro.


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