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Patricia Cerda Pincheira Libros

Rugendas

Por varios minutos no hablaron en la mesa. Rugendas la observaba. Tantas veces se había preguntado por qué nunca le pasaba lo que le estaba ocurriendo en ese momento. Carmen llenó su vaso de vino, él le preguntó si podía retratarla. Carmen alzó su copa y le respondió, seria: yo a usted jamás le negaría