Navarro Leal Libros
La Maldición De Iturbide
Una larga, oscura y calurosa noche de luna agonizante, los llantos infantiles que se oían en los alrededores se multiplicaron, las bolas de fuego que circundaban la siniestra bóveda nocturna crecieron, y los cuervos no durmieron, graznando ruidosamente todo el tiempo, como aves de mal agüero presagiando el desastre que se avecinaba para la villa,