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Lucia Puenzo Libros

Wakolda

No fue la forma en que lo dijo. Fue la mirada, un instante apenas, de reojo. Le heló la sangre. Por un parpadeo no fue el caballero refinado y aristocrático que la tenía encandilada. Fue el otro —el asesino más sádico de todos los tiempos— el que la hizo retroceder sobre sus pasos y alejarse

La Maldición De Jacinta Pichimahuida

La noche anterior se había encerrado a solas con su hijo para explicarle que su destino estaba en juego en el primer encuentro con el Autor. Santa Cruz tenía que recordarlo por sobre el resto. Ella iba a encargarse de que lo mirara, quedaba en él lograr que lo viera. Pepino no se animó a

El Niño Pez

Si yo fuera un crítico-escolta de los que ahora tanto abundan, escribiría que esta novela es una obra maestra, pero como sólo soy un editor de poco bombo y escasa gracia, me limitaré a decir que esta novela cuenta una historia desgarradoramente feliz. El «desgarrón afectivo» del que hablaba Dámaso Alonso a propósito de Don

Wakolda

En el verano de 1959 llega a un lejano poblado de la Patagonia argentina uno de los más fríos y despiadados asesinos que ha dado la historia: Josef Mengele, el médico alemán obsesionado con la pureza de la raza y la manipulación genética por encima de cualquier sentimiento humanitario. Perseguido de cerca por los sabuesos