Juany Esther Hiraldo Lopez Libros
Atrapado
Aunque ya no trabajaba como sommelier de aquel restaurante, su paladar necesitaba continuar degustando la acostumbrada bebida, su cuerpo lo pedía a gritos, sus manos sudaban cuando se abstenía, lo que se convirtió en un hábito para su vida, algo que con el transcurrir del tiempo ya no podía controlar y que pronto se convirtió