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Admirar a Pepe Mujica, el presidente pobre de Uruguay, tras su discurso en Río+20 es inevitable, conocer a un paisano suyo que acusa a su gobierno de ser el que más ha atacado la legislación ambiental uruguaya es, cuando menos, incómodo. Incómoda es la afirmación de que el actual estado brasileño, heredero del Lulismo, es