Ivana Mollo Libros
El Viaje Blanco
No era felicidad. Tampoco le resultaba increíble. Aun sabiendo que estaba a unos pasos de llegar y cumplir con su mayor deseo, el corazón apenas se le aceleró. Inuk estaba satisfecha. Solo le quedaba cruzar la última montaña. Con sus garras, apoyó el papel en la roca y se posó encima. Había varias líneas rojas
El Viaje Blanco
No era felicidad. Tampoco le resultaba increíble. Aun sabiendo que estaba a unos pasos de llegar y cumplir con su mayor deseo, el corazón apenas se le aceleró. Inuk estaba satisfecha. Solo le quedaba cruzar la última montaña. Con sus garras, apoyó el papel en la roca y se posó encima. Había varias líneas rojas