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Cristina Loza Libros

El Año De Las Glicinas

La sangre y la tierra, el mejor legado, sentenciaba el abuelo Pancho. Y allá debe ir, a mojarse los labios en la sangre y poner los pies en esa tierra seca, abonada con el orgullo ciego, con los huesos calcinados por el odio, los secretos y los amores ocultos. Pilar Montero vuelve a su Córdoba

Mariposas Griegas

No era humano amarse así, no podía pasar desapercibido a los dioses. ¿Cuántas horas tiene este amor, cuántos estallidos de intenso placer, cuántos abrazos, lágrimas, carcajadas? Una mujer sentada al borde de la cama de su marido enfermo rememora momentos felices. Antonia vela por su hombre día y noche, mientras —como una Sherezade moderna en

Adorado John

Olfatea el aire, un olor a flores silvestres brota del monte y del suelo, pero él va más allá, al olor de la tierra, una hembra de crispada piel que espera, espera. Su paso enérgico hace eco en las profundidades, y hay un sensible estremecimiento. La tierra sabe. Ha llegado un hombre.Las huellas de ese

El Revés De Las Lágrimas

Damiana es joven, bella y está enamorada. Ado­rada y mimada por su padre, próspero comerciante cordobés, su madre y su niñera, la mulata Nazarena, nada parece faltarle. El casa­­miento con Conrado, el amor de sus sueños, completa el cuadro de felicidad y plenitud. Celebrada la boda, los recién casados parten a la estancia de frontera