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Angela Edo Libros

El Gran Maya

Pies Ligeros, jefe de cazadores que practica su oficio en los cotos de su amo, goza de una vida tranquila hasta que al gran Munki, un jerarca religioso de mucha influencia, se le ocurre utilizarlo como mensajero. Con esta sencillez se inicia una aventura que le arrancará de su mundo y le introducirá en un

Janas

Ese Janas que abría surcos es el mismo que fue Voz que clamó en el más árido de los desiertos, o sea el de la conciencia humana, y también el Predestinado por excelencia por cuanto quedó fijado como sujeto movido por el Destino ya en el seno de la Eternidad, es decir, antes de nacer

Adeptos E Iniciados

El tiempo apremia. Pituco no está por completo preparado, pero tiene que situarse, ya, en el tablero. En gracia de esta premura, Atkula acepta a Pituco como discípulo. Con esta acreditación y en calidad de estudiante, lo conduce a la Fortaleza de los Adeptos. Tras unos días de permanencia en ella, Atkula parte hacia la

Deuda De Honor

A Tamara, el Viejo, le tocó conocer el rigor de las desdichas. En sus buenos tiempos se constituyó en el patriarca de uno de los clanes que recorrían la tierra de nadie. La prosperidad le rodeaba, disponía de muchas bestias conducidas por una muchedumbre de hombres, mujeres y niños, todos de una misma sangre. No

Amanecer En El Techo Del Mundo

El camino de la santidad es interminable y muy escabroso de seguir. Para colmo, impone una renuncia total de sí mismo al que en él asienta su pie. Premisa-cayado imprescindible para ponerse en ese camino es poseer fe. Esa fe ha de ser sincera y viva, no guardar parentesco con la que se exhibe y