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Mal De Ojo


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Resumen del Libro

Si un niño no tiene apetito, vomita y llora sin causa aparente, puede que tenga mal de ojo, le recomiendo que busque a la tía Liduvina. Ella podrá remediarlo. Si no la encuentra, acuda a otro curandero. Algunos curan con saliva, otros canalizan espíritus de otro mundo, los hay que eliminan el empacho con un pañuelo. No se preocupe, cualquiera podrá ayudarle. Tampoco es extraño que conozca a una anciana que nunca acude a los entierros por temor a que la posean los muertos y a un hombre que durante su trabajo se topa con un fantasma o a una mujer que no duerme porque tiene el don de la predicción en sueños. O a un joven que descubre que es hermano de leche de una culebra. Todo esto roza el misterio, pero a veces lo insólito también surge en nuestra mente cuando nos poseen sentimientos, ideas y adicciones, como la ilusión, el éxtasis, el amor, el juego, el sexo o la melancolía.


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