Descargar Libro: Cuentos Irracionales
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Resumen del Libro
Un día, tampoco hace tanto, conduciendo el coche por la autopista, en nada me sorprendió un ligero atasco. Algunos coches que por delante de mí iban, de súbito, los unos se mudaron al carril derecho y los otros lo hicieron al izquierdo y de frente, dos perros. El uno tendido en el suelo, el otro de pie, con la cabeza desafiante, defendiendo –pronto lo comprendí para raudo frenar- al compañero herido de ser atropellado. Desafiaba con su cabeza para desviar la circulación al tiempo que con sus ojos pedía perdón a cuantos nos interrumpía el paso. Así al menos lo traduje yo Me impresionó su actitud, no había miedo, para nada podía pensar en una muerte súbita atropellado por la llantas de un vehículo que no les advirtiera o pasara sin respeto alguno por encima de su piel. Y si no era así, más para admirar su comportamiento. ¿Cabe más heroísmo, se puede pedir más amor, fidelidad, desprecio de su propia vida para amparar a la del compañero? Me impresionó aquel perro de color cobre amarillento desafiando al mundo y como yo tantos cuantos pararon a contemplar el ejemplo hasta parar la circulación. Muchos conductores, los más próximos se bajaron de sus coches para auxiliar al pobre can herido. Fue llevado a la clínica veterinaria más cercana, querían salvar aquella vida en trance de perderla. No, no hubo tal. Murió en el camino, no sin antes haber sentido las caricias de su amigo en la piel del cuello, en la oreja izquierda, la pata con la que le golpeaba el pecho mudo, el ladrido con el que le intentó despertar. Todo fue inútil. Aquí, en Cuentos Irracionales novelé su muerte, en todo momento asombrándome de la fidelidad de su amigo, compuse el cuento que la imaginación me dictó, para ello en nada me salí de la demostración fehaciente demostrada. Y de esta forma fui dictando a la pluma imaginaria las imágenes que vi, aquellas más impactantes por haberlas visto tan cerca, otras fueron rehechas de lo que me contaron, q…