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Antonio Merino Bernardino Libros

Cartas De Amor A La Hija Del Renegado Kautsky

Él escribía cartas que ella jamás leía. Tomaba el sobre entre sus manos y lo apretaba con fuerza contra el pecho. Después, pasados unos minutos, lo dejaba caer al suelo y se sentaba, dulcemente, a esperar a las palabras que de nuevo sonarían en su corazón y que le recordarían quién era aquel hombre al