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Relmu; Reina De Los Pinares


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Resumen del Libro

Este libro hist rico puede tener errores numerosos, falta texto, im genes, o un ndice. Los compradores pueden descargar una copia gratuita escaneadas del libro original (sin errores) de la editorial. 1887. No se muestra. Extracto: … A la madrugada el campo parec a un territorio cubierto de harina. El quillango era el ideal de un abrigo y envuelto en l de pi?s cabeza, me escurr del toldo contemplar el grandioso paisaje andino. Todo blanqueaba en una extensi n inconmensurable, desde el valle la falda, j desde sta hasta las cumbres escelsas. Hil cielo gris, salpicado de leves copos blanquecinos, viajeros de las alturas al llano, envolv a el cuadro con el tono de una de esas noches h medas del Mar Austral, durante las cuales las estrellas pierden su brillo, trav?s de los vapores flotantes. La claridad avanzaba como si las r fagas furiosas, escapadas de los senos del macizo andino, desgarraran las sombras de los valles. El viento rebramaba por intervalos y los copos ca an con mayor intensidad. Los indios de Pagint reposaban, sin embargo, tranquilamente, tapados con cueros de potro y rodeados de ramas, que imped an la invasi n de la nieve por los lados. De esta manera, cada dormido, formaba un verdadero t mulo blanco. Los caballos me causaron pena. Parec an esqueletos inermes pellejos hirsutos, rellenos por el embalsamador. Estaban de pi, inm viles, presentando el anca al viento, la cabeza inclinada y casi entre las manos, las orejas gachas, con el pelo erizado y cubierto de nieve. Cuando sta, escurri ndose hasta la piel misma los her a con sensaciones de fr o, los caballos sacud an reciamente todo el cuerpo, amusgaban con vigor las orejas, los copos rodaban al suelo y volv an quedar tiesos, inertes, como paralizados. Las aguas heladas del arroyo presentaban el aspecto de los vidrios gruesos y opacos…


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