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Los Surcos De La Mano Negra. Manuel Parra Mata


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Resumen del Libro

Esperanza Toral narra como Manuel Parra salió de las minas de Hidalgo para convertirse en contratista, dedicado por completo a la explotación de madera, quien se enriquecía mientras las tropas del general Bernardo Reyes disparaban contra las fuerzas leales a Madero. Cientos de hombres eran alcanzados por las balas y el minero de Pachuca disfrutaba de una larga temporada en su finca de Iztacalco, en la Ciudad de México. Antes, desde su infancia, había vivido inmerso en las minas, en las que respiró el polvo fino de sílice cristalina de las rocas de Pachuca. La opresión en el pecho y una tos crónica, obligaron al minero a buscar un sitio de poca altitud y de clima cálido. La hacienda azucarera de Almolonga, ubicada en el municipio de Naolinco, cerca de Xalapa, fue su fortaleza, donde se convirtió en uno de los caciques más radicales del estado de Veracruz, durante los 20 convulsos años de luchas agraristas. En defensa de los intereses de hacendados, particulares y empresarios que se vieron afectados por el proyecto agrario del gobernador veracruzano Adalberto Tejeda, Manuel Parra creó uno de los brazos armados más efectivos y temibles del país: la Mano Negra, integrada por guardias blancas y pistoleros antiagraristas, que fueron armados, y protegida por militares del Ejército Mexicano, como el general Pablo Quiroga Escamilla, quien alcanzó el cargo de secretario de Guerra y Marina durante la presidencia de Lázaro Cárdenas. La Mano Negra propició un clima de terror permanente en el estado de Veracruz, que terminó con la llegada al poder de Miguel Alemán Valdés.


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