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El Celibato Y La Reencarnacion


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Resumen del Libro

Basándose en el sentido común y la escritura la única manera de purificar a la iglesia, de los peores excesos del celibato, es permitir a los sacerdotes que se casen, san Urlico Obispo – siglo IX. El celibato no es esencial para el sacerdocio, no es una ley promulgada por Jesucristo. Juan Pablo II – 11 de julio de 1993. El Concilio Vaticano primero establece la infalibilidad del Papa.—1869 Ya superamos el flagelo de la inquisición, ya está aceptado que la tierra no es el centro del sistema solar: ¿por qué seguir sin usar la infalibilidad del Papa?, para abolir la ley del celibato, que tanto daño ha hecho ha tantos inocentes que confiaron en su pastor, como cuidador de las ovejas. ========================================================== Si alguien aspira al cargo de Obispo, no hay duda de que aspira a algo muy eminente, es necesario pues, que el Obispo sea irreprochable, casado una sola vez, casto y dueño de sí, de buenos modales que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar, no debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del dinero, que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos obedientes y bien criados, pues si no sabe gobernar su propia casa ¿Cómo podrá guiar la asamblea de Dios? No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer, es necesario también que goce de buena fama ante los que no pertenecen a la iglesia, para que no hablen mal de él y caiga en las redes del diablo. (Primera carta de san Pablo a Timoteo: 3-1-8)


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