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De El Paraíso De Los Ladrones A El Incendio Del Sahara


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Resumen del Libro

Largos años ha, un buen día le envié a Rubén Benítez, a cargo de la Sección Cultura de La Nueva Provincia, un entusiasta escrito sobre las maravillosas abejas, que aún conmovido había empezado a criar. Con su habitual deferencia aprobó mi texto, aclarándome que eso no era ningún cuento, como presumía. Esa lección fue un desafío que no me dio paz hasta eclosionar en El descuido, ya ciñéndome a las reglas del género, gracias a las oportunas y valiosas definiciones de Edgard Allan Poe, Anderson Imbert, Gabriel García Márquez y el incomparable Jorge Luis Borges.Lanzado a la aventura nació el siguiente: La Sentencia, un grito silente ante una injusticia que subleva, y más al conocer ése, hediondo de estremecer, pese a los tantos horribles crímenes diarios. Luego aparecieron varios de diversa temática entre algunos rondando el flagelo, como el policial Y diente por diente, Los platos rotos, o El paraíso de los ladrones.Del largo tránsito por la multinacional IBM, surgió la inspiración para Segundo y los demás números, La compañía y otros. Los demás debo agradecérselos a la muy dispar, pero fuerte inspiración del humano, esencial, maravilloso y a la vez pelele de sus instintos y debilidades, emprenda lo que emprenda, y cualquiera sea su escenario.El Regreso de Miguel, juntó una vivencia cercana con la necesidad de recordar la gesta de las Malvinas, más sentida en Bahía Blanca, cerca de la Base Naval de Puerto Belgrano, donde pasé 27 meses sirviendo como conscripto con el broche inolvidable de haber custodiado con la Marina, las elecciones de convencionales constituyentes de 1957, y las presidenciales de 1958.Por fin creí saludable mechar varios con toques de humor, ya mordaz, ligero, negro, e incluso ingenuo, como en Exceso de prudencia, Amor con amor se paga, Las cosas prestadas, Un caso inusitado o El ómnibus de la bella comiente, éste último parodiando a El avión de la bella durmiente, uno de los doce cuentos…


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