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100 Chistes Reducidos A La Mínima Expresión, Volumen Ii


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Resumen del Libro

—Oye, me parece que tenemos química. —Mmm. ¿Ah, sí? ¿Tú crees? —Sí, mira tu horario. Un amigo a otro amigo: —El sexo, la primera vez es como tener una muela que se te mueve. —¿Y eso? —Duele mucho, ¡pero no quieres que te la saquen! ¿Qué es verde e invisible? La lechuga que está a tu izquierda. Llamando a los bomberos: —¡Se está incendiando mi casa! —Dígame, ¿dónde se originó el fuego? —No sé, ¿en la prehistoria? No me jodan, ¡ayúdenme! —¡Se ha metido una boa en mi casa! —Pues la boa matar, ¡JAJAJA! —¡JAJAJAJAAJAA!… ¡Ay, me ha mordido! —¡La boa acusar, JAJAJA! —JAJAJAJAJ… Me… me muero. —Te boa enterrar. Le dije a mi abuela que se comprara una tablet para chatear con sus amigas y se ha comprado una Ouija. —Déjame mostrarte el paraíso. —Adán, guárdate eso. —¿Crees en los extraterrestres? —No. —Yo tampoco, son unos mentirosos esos bastardos. Si la policía pillara a la niña del exorcista con una bolsa de cocaína, ¿la detendrían por posesión? —¡Como me vuelvas a llamar gorda cojo la puerta y no vuelvo más! —No, por el amor de Dios, ¡piensa en el bebé! —¿Qué bebe? —Eh… ¿No estás embarazada? —Mi mujer y yo hemos montado un Telepizza en Uganda. Damos de comer a los negritos. —¿A Masais? —No, la masa llega ya preparada. —¿Cómo es eso que se hace para que no te copien las fotos? —¿Una marca de agua? —Aquarel. Pero dime lo de las fotos. Y así hasta 100… y un regalito.


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